09 Oct

El motivo de este texto es dar un panorama general de lo realizado durante dos años de investigación de posgrado que consistió en analizar la estética cotidiana y su relación con la transformación del hábitat y el paisaje urbano-arquitectónico desde un enfoque complejo. El análisis de la transformación del paisaje urbano propuesto por José Ángel Campos (1981), donde se identifican fenómenos urbanos y sociales que dan un amplio panorama de la ciudad, permite conocer el origen de la ciudad y su proceso de transformaciónn urbano-arquitectónico, así como distinguir los momentos de cambio y detonantes de los mismos. Cada cambio en la ciudad responde a determinantes ideológicas en influye en la percepción que tienen los habitantes del lugar que habitan; por ejemplo, ciudades  mineras del virreinato como Guanajuato, Zacatecas o Taxco, cambiaron su actividad principal y actualmente se enfocan en promover el turismo ya que disminuyó considerablemente la extracción de minerales; de ahí que la identificación de la estética cotidiana sea un punto importante de análisis para el entendimiento de la ciudad.

Por otra parte, Katya Mandoki (2001) plantea el estudio de la estética cotidiana mediante la relación de dos dimensiones, retórica (estímulos hacia el individuo) y dramática (actitud del individuo ante los estímulos recibidos). En otras palabras; lo que se percibe al caminar por una calle un día de tianguis, no es lo mismo que  se advierte al recorrer la misma calle cuando no hay tianguis; los sonidos, sensaciones, olores e imágenes que se perciben serán totalmente distintas y el habitante tomará una postura ante cada estímulo, desde la incomodidad de caminar esquivando a otras personas o sentir hambre al percibir el olor de la comida. 

Para comprobar la influencia de la estética de la cotidiana en la transformación del paisaje urbano se desarrolló un instrumento con el fin de identificar la actitud de los habitantes como respuesta a los diversos estímulos que le propicia la ciudad; al aplicar dicho instrumento, se realiza una aproximación al entendimiento de fenómenos sociales y urbanos, demostrando que el imaginario urbano se construye con lo que el ciudadano dice, escucha, siente, ve y recuerda; se evidencia la percepción que tienen los habitantes de su ciudad y los cambios que identifican durante el tiempo que han vivido en ella; del mismo modo que percibimos cambios urbano-arquitectónicos en el recorrido habitual que hacíamos a la escuela o en nuestro propio barrio cuando fuimos niños, los recuerdos que construimos en la ciudad del pasado influyen en la forma de habitar la ciudad del presente y dictan las pautas para transformar la ciudad del futuro.

Dentro del instrumento, al realizar encuestas se concluye la resignificación constante del espacio, se demuestra la influencia de la estética cotidiana en la jerarquía de calles; aunque las políticas y determinantes urbanas definan las calles principales, los habitantes le adjudican características al espacio que repercuten en la transformación del paisaje, tal es el caso de edificios como templos y plaza públicas que funcionan como hitos ordenadores permitiendo la construcción del imaginario colectivo de distintas generaciones de habitantes; depende de la frecuencia con que usen el inmueble se le dará un significado y jerarquía en la ciudad. Ejemplo de lo anterior es la importancia que tienen los templos para los devotos, tiendas de cadenas nacionales que facilitan el consumo, hasta los mismos edificios públicos que conocemos como mercados, oficinas u hospitales, conforman una pieza en el rompecabezas del imaginario urbano que utiliza el habitante para orientarse y recorrer la ciudad que habita. 

En otro momento del instrumento se realizaron entrevistas a dos diferentes grupos de edad, mayores de cuarenta años y menores de cuarenta años, donde se identifica que los habitantes son conscientes del proceso de transformación de su ciudad y lo reflejan a través de diversas emociones, mayormente nostalgia y desaliento por la pérdida de la arquitectura del pasado; de la misma manera que se le da otro significado a la jerarquía de calles, la valoración de inmuebles de siglos pasados también cambia y los habitantes jóvenes no sienten el mismo apego a dichos inmuebles que los entrevistados mayores de cuarenta años. Lo anterior producto de diversas determinantes como la globalización de la información y comunicación que permite conocer otras realidades e importar elementos que se insertan en un contexto determinado sin considerar si corresponde al mismo o no; por ejemplo las casas de estilo californiano que migrantes ven en Estados Unidos y replican en México con diferentes materiales de construcción pero con las mismas formas y uso, influye en la transformación del paisaje urbano y le dan nuevos valores a la arquitectura prexistente.

Las nuevas generaciones dan nuevos significados a la ciudad que habitan y es el reflejo de la construcción compleja en la relación entre habitantes y ciudad. La ciudad se verbaliza generacionalmente, algunas frases o palabras cambian con el tiempo pero otras se transmiten de generación en generación y construyen el imaginario urbano. Por ejemplo, aunque en México la mayoría de la población habla español, existen diversos acentos y palabras que caracterizan a una región o ciudad del país, por la forma de hablar se puede identificar a alguien de Mérida, Chihuahua o CDMX; así se usan frases o palabras que refuerzan la construcción del imaginario urbano de los habitantes de la ciudad. 

Producto del instrumento aplicado se demuestra el apego que tienen los habitantes no solo con la ciudad actual sino también con la ciudad que recuerdan; es decir, se construyeron y cambiaron con la ciudad que habitan. Esta resignificación figura la constante construcción del imaginario colectivo. La verbalización y sonidos de la ciudad cambian con las generaciones y las horas del día, al igual que las emociones que provoca la ciudad; lo que los habitantes ven es constante en el corto plazo pero cambiante en el largo plazo; así, la ciudad resulta no solo un telón de fondo en la obra de la vida cotidiana sino que forma parte importante en la construcción del individuo como habitante de la ciudad. Lo urbano-arquitectónico es el comienzo en el complejo proceso que culmina con la estética de la vida cotidiana pero no es el único elemento en esta ecuación; a partir de lo que ve, el habitante recorre la ciudad y se apropia de ella, acepta y rechaza estímulos, gusta de caminar ciertas calles y transita otras por necesidad, observa su entorno y crea relaciones con sus coetáneos en una compleja red interminable que se construye y reconstruye permanentemente. Esta perspectiva de análisis complejo permite la incertidumbre ya que se relacionan componentes en constante cambio, cada individuo de cada ciudad construye su propio imaginario colectivo y entiende la ciudad desde su aproximación estética, esto lo pone en situación de transformar la ciudad con base en la ideología que impera en el tiempo que habita la ciudad.

Los habitantes construyen su identidad con base en la ciudad que habitan; si tiene elementos urbano-arquitectónicos que la caractericen como única, la identidad se reforzará con la arquitectura; si no tiene elementos urbano-arquitectónicos que la hagan única, los habitantes recurrirán a otras categorías como el lenguaje, regionalismos, tradiciones, música representativa, gastronomía y hasta acontecimientos relevantes de la ciudad. No representa lo mismo el tequila para alguien de Jalisco que para alguien de Yucatán, o la marimba para alguien de Chiapas y alguien de Colima. La identidad se construye con diversos elementos y si lo urbano-arquitectónico ayuda en esa construcción, el sentido de identidad será más fuerte. Aunque la identidad no se basa solamente en la arquitectura; el paisaje urbano regular, que conserva valores del contexto y permite su transformación orientada a la recuperación de los mismos, ayuda a reforzar la identidad de sus habitantes y su sentido de pertenencia, su lugar en el mundo. Por último, la perspectiva que permite la relación compleja entre el análisis del paisaje urbano y la estética de la vida cotidiana no es la única para identificar las transformaciones constantes de la ciudad y lo urbano, es solo un punto de vista como aproximación en la inquietud constante que figura el estudio de la ciudad y los fenómenos urbanos. El fin último de este texto no es el de un discurso totalitario, pretende causar inquietud en los lectores y animarlos a realizar disertaciones para profundizar en el entendimiento de la ciudad, la cultura y el arte.

Referencias.

 Campos, J., (1981) Análisis de la modificación del paisaje urbano. Tesis de maestría. Ciudad de México, Facultad de Arquitectura, Universidad Nacional Autónoma de México. 

Mandoki, K., (2001). “Análisis paralelo en la poética y la prosaica; Un modelo de estética aplicada” en revista Aisthesis: Revista chilena de investigaciones estéticas [PDF] No. 34. 2001, Pontificia Universidad Católica de Chile, disponible en: https:// dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=7009608

Acerca del Autor.


Baltasar Nube Sauza 

Arquitecto por la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo (UMSNH) y maestrante en arquitectura por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

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